Hola, cibernautas, al día de hoy voy por mi tercer día de dieta, quizá el esperado día en que ponga las cosas en orden con mi panza. Pero ya salió una piedra en el camino, la deliciosa y tentadora hija de Italia, la pizza. Cené tres pedazos y medio. Estaba deliciosa por cierto, y tenía peperoni. ¡Ay de mí! Caí cual Ícaro al acercarce al sol, atraído por sus dorados rayos, pero la historia apenas comienza.
El lunes desayuné una quesadilla simple y licuado de plátano con chocolate (poco pero efectivo). La primera colación (o media comida), una manzana. Comida: Calabacitas cocidas, carne asada, repollo a morir y frijoles como guarnición. Que conste que de carne solo fué el equivalente a un puño o menos. En la tarde y como estaba muerto de gripa aún, de segunda colación me aventé medio plátano con media crema y media cucharada de mermelada de fresa. No hubo ningún aditivo extra. Cena: una chalupa con verdura a tope, poca crema y salsa, acompañado de té negro. Quizá lo unico pecaminoso sea el durito en sí, pero aunque chatarra no es tan engordador como parece, solo que aclaro que no todos son hechos iguales.
Ayer, desayuné huevos estrellados sin grasa, cocinados en un sartén antiadherente, y verdura cruda, acompañado por una taza de té negro. En la primera colación comí una manzana. Comida: Albóndigas, cinco piezas en caldo, las que me recetó la nutriologa; Alice, un saludo y gracias por tus consejos. En la cena: tragedia griega, digo, italiana. He de reconocer que solo iba a comer dos pedazos pero me dejé llevar por el pecado y me comí tres y medio. En fin. Por supuesto que no se iba a quedar así, tomé limonada como acompañante.
Hoy, desayuné un pan integral de doble fibra conmermelada y un vaso de licuado con chocolate. Primera colación, manzana, que debo ir a comprar más o unas naranjas para variarle. Comida: sopa de papa (que comento, me comí los dos ajos que se dejaron ver y deguste con encanto como caramelos). Ahsta ahorita es lo que llevo.
Fuera de lo de la dieta, el lunes hice mi sesión veintitrés de pilates y hoy la vigesimocuarta, faltan seis para el veredicto de mi esfuerzo.
Como ven, apenas es el inicio y ya está medio controvertido el asunto. La pizza fue más que un error una flaqueza, o gordeza, que espero sacarle provecho en el futuro, ya que me sirve para el entrenamiento de la templanza. No es solo entrenamiento físico, es mental y espiritual. Incluso tengo asesoría sicológica de parte de mi amigo Armando Sanchez, estudiante de psicología y parte de mi grupo de amigos. Me dió aparte la aprobación para publicar lo que suceda alrededor del reto para que me sirva de apoyo al programa completo. Quien sabe, talvés ayude a alguien más a aventarse al pozo sin fin de la autoayuda.
Bueno, mis apreciados internautas, sigan navegando por los mares de la información y los espero en esta isla en otra emisión. Por cierto, les debo la segunda parte del reporte del reto 10 20 30.
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